Viaje en el tiempo a través de la organización española de Mujeres Libres y su corto recorrido en la historia

El 12 de abril de 1931 daba comienzo en España la Segunda República. Régimen, símbolo de la lucha por la igualdad entre géneros y por la causa femenina. Bien es cierto que este período significó un gran avance para la parte de la sociedad a la que no se le tomaba en cuenta. Se convocaron Corten Constituyentes que tenían encargado redactar una nueva Constitución, que se convertiría en el epicentro de las libertades de las mujeres. Momento en el que consiguieron ser elegidas por primera vez como diputadas, tres fueron las primeras: Margarita Nelken, Victoria Kent y Clara Campoamor. Kent y Campoamor se emergieron en un debate sobre la concesión del voto femenino, del que Campoamor salió victoriosa consiguiendo que se incluyera el artículo 36 en la nueva Constitución, pero no podrían ejercerlo hasta 1933. 

Otro avance que llegó de la mano de la Segunda República, fue la aprobación, en 1932, de la Ley del Divorcio. Fue objeto de mucho debate, pero al final se desarrolló en el artículo 43 de la Constitución. La mayor oposición venía de los partidos adheridos a la Iglesia, institución que se tomaba esto como un ataque directo. 

La Ley del Aborto, llegó tarde. En el año 1936, José Tarradellas firmaba el decreto en Cataluña. Pero la guerra ya estaba empezando y su aplicación fue mínima. Federica Montseny, la primera mujer que consiguió un Ministerio, el de Sanidad concretamente, intentó que se extendiera por el resto del país, pero por la oposición de gran parte del Ejecutivo y que parte del territorio ya había caído en manos de los sublevados, no se consiguió. 

Con la llegada de la Segunda República, las mujeres consiguieron incorporación a la vida pública de forma masiva, saliendo de casa para acceder al mundo laboral. Se consiguió el acceso a la alfabetización. Pero todos estos avances se vieron truncados en Julio de 1936, a causa de la sublevación militar en Melilla en contra de la Segunda República. 

Con el paso del tiempo, este régimen fue mitificado en consonancia a las expectativas de un nuevo lugar social para la mujer. Su proclamación visibilizó a una élite intelectual femenina que pronunciaba un discurso laudatorio y que contribuyó a la construcción de este sistema. Concebían este régimen como una válvula de escape de la minoría de edad en la que las sumergieron de forma obligatoria. La Segunda República fue un marco político que hacía posible la nueva creación de libertades sociales, dónde la mujer era interpretada como un ser moralmente autónomo dotado de poder de decisión. 

Un proceso de asimilación social de tal calibre, no se consigue realizar de la noche a la mañana. Pero no fueron aceptadas con tanta facilidad en un grupo dónde el poder de mando era guiado por varones. En resumidas cuentas, vivían en una sociedad empapada de creencias de corte masculino, era un país de hombres, hecho para hombres. Muestra de ello fue la entrevista de Pepita Carpeña, para la autora del libro Mujeres en Lucha; a pesar de que el régimen se identificara como la "máxima expresión de la igualdad", fue muy duro enfrentarse a sus compañeros quienes llegaron a confundir la liberación del género femenino como "libertinaje". Los hombres fuera de casa, defendían actitudes que en la intimidad doméstica no cumplían, "ponían a los hombres ante una contradicción cotidiana, porque los mismo hablaban de como cambiar el mundo y luego volvían a casa y el mundo que hubiera podida cambiar, no lo cambiaban". 

Foto 1: Titular del periódico La Tierra. Octubre de 1931. Nm.: 243. Fuente: http://hemerotecadigital.bne.es/ [consultado: 24.03.2021]. 


LA ORGANIZACIÓN "MUJERES LIBRES"

Foto 2: La organización Mujeres Libres. Fuente: www.google.es [consultado 24.03.2021].

Se creó en el mes de abril de 1936, en julio estallaría la Guerra Civil. Mujeres como Amparo Poch y Gascón, Lucía Sánchez Saornil y Mercedes Camposada, crean la revista "Mujeres Libres", medio utilizado para expresarse las integrantes de la Organización. En el año 1938, tan solo dos años después, ya contaba con más de 20.000 mujeres campesinas y obreras. Realizó una labor impecable para que a mujeres invisibles, -campesinas, obreras, mujeres populares-, se les reconociera la lucha en el marco feminista. 

Foto 3: Portadas de la Revista Mujeres Libres. Fuente: www.google.es [consultado 22.03.2021]. 

Así se definían ellas mismas, en la primera entrega de la Revista, Mujeres Libres:

 "(...) El feminismo lo mató la guerra dando a la mujer más de lo que pedía al arrojarla brutalmente a una forzada sustitución masculina. Feminismo que busca su expresión fuera de lo femenino, tratando de asimilarse virtudes y valores extraños que no nos interesan; es otro feminismo, más sustantivo, de dentro a afuera, expresión de un "modo", de una naturaleza, de un complejo diverso frente al complejo y la expresión y la naturaleza masculinos. Esto es ya más que feminismo. Feminismo y Masculinismo son dos términos de una sola proporción; (...) la expresión exacta: humanismo integral. (...)"

                                                                                                                                                                    Mujeres Libres (pag.1). 

Fue un espacio de dialogo, ideado para que las mujeres obreras y campesinas pudieran expresar sus intereses, motivaciones y preocupaciones. Demostraron que las mujeres populares, también tenían capacidad de reflexión y autonomía para protagonizar sus propias iniciativas. 

Marta Ackelsberg, en su libro Mujeres Libres: el anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres,  las define de la siguiente forma:

"Lo que las diferenciaba de las otras agrupaciones de mujeres, como las comunistas o antifascistas, era que su principal objetivo, incluso en mitad de la guerra, era la capacitación de las mujeres, no solo su movilización en las actividades de apoyo al esfuerzo de la guerra. Incidían en que la participación de las mujeres en el mercado laboral no debería ser un cambio temporal, debido a las necesidades de guerra, sino un cambio más permanente." 

La Asociación tenía los siguientes objetivos:

  1. La emancipación de las mujeres de la servidumbre. Luchando por la incorporación a la vida laboral como trabajadoras cualificadas con un salario digno. 
  2. La emancipación de la ignorancia. Crearon cursillos de alfabetización. Una vez estallada la Guerra, crearon una escuela de choferes, con el fin de ser útiles en servicios sanitarios de la retaguardia. También hicieron posible que las mujeres recibieran cursillos de conducción de tranvías. 
  3. El abandono total de la sumisión sexual. Sus intenciones fueron la erradicación total de la prostitución, haciendo que fueran mujeres económicamente independiente. 
  4. Crearon comedores colectivos y guarderías. Además, desde la organización de Mujeres Libres, realizaban turnos rotatorios para el cuidado de los hijos. 

Pepita Carpeña insistía en la importancia de que las mujeres fueran libres para elegir su pareja, superando costumbres tradicionalistas como las de la familia obligar a las hijas casarse con hombres que ellas no elegían. Mujeres Libres apostaba por un "amor libre" consistente en que dos personas decidieran unirse libremente sin que nadie tuviera que dar permiso o intervenir. 

Foto 4: Instituto Mujeres Libres. Fuente: www. google.es [consultado: 22.03.2021].

Llegamos a 17 de julio de 1936 y estalla la Guerra Civil. A pocos meses de su creación, la Asociación se vio obligada a reorganizarse rápidamente y cambian sus campos de actuación. Ahora ellas presentaban asistencia a los combatientes, enviaban víveres a Madrid, en el momento del asedio, ocuparon puestos de trabajo en las fábricas de armamento y munición. Tampoco dudaron en coger un arma y defender sus ideales, junto a sus compañero, desde las trincheras. Pero con respecto este tema y a pesar de demostrar su capacidad de adaptación, Mary Nash nos dice los siguiente: "a las mujeres no solían otorgarles papeles muy activos en el frente, -prejuicios ancestrales en un régimen moderno-, pero no alcanzaban los niveles de un régimen dictatorial." Si es cierto que hubo casos de mujeres con puestos importantes, es el caso de: Mari Pepa Colomer fue una de las primeras españolas en obtener la licencia oficial de piloto y la primera mujer instructora de vuelo, durante la Guerra trabajó formando nuevos pilotos para las Fuerzas Aéreas de la República Española. La segunda fue Dolors Vives fue piloto, estalló la Guerra y fue nombrada como alférez. 

Foto 5: Milicianas durante la Guerra Civil (mujeres defendiendo la República). Fuente: www.google.es [consultado: 22.03.2021].

Pero con el triunfo franquista, el 1 de abril de 1939, Mujeres Libres desapareció. Algunas se exiliaron, y las que quedaron sufrieron una represión brutal, fueron condenadas al silencio, -crearon algunas organizaciones clandestinas, como Unión de Mujeres Democráticas-. La oratoria franquista las desprestigió salvaje, calificándolas como mujeres "masculinizadas" que les quitaba virilidad a sus compañeros republicanos. El franquismo demonizó la figura de las liberales, suponían un peligro para el modelo doméstico femenino dictatorial. Las consideraban moralmente mujeres indignas por mantener relaciones fuera del matrimonio o decidir controlar el número de hijos que querían tener. 

Después de treinta y seis años de dictadura, llega la Democracia. Durante la Transición perecía que se había firmado un pacto de silencio o se sufría cierta amnesia con respecto a la labor femenina durante el periodo de República y la Guerra. Solo se recordaba a las dirigentes políticas, hecho que influirá en el imaginario social, apartando a las mujeres humildes y obreras de la lucha por un interés común. Los colectivos femeninos realmente reivindicaron la memoria de las mujeres republicanas, en particular; porque representaban la palabra "libertad" y no por el momento histórico que vivían. A pesar de que la República significó un avance en el campo de la igualdad y colocó a la mujer en un nuevo puesto social, que le aportaba visibilidad, no abandonó totalmente las creencias tradicionalistas de una sociedad de roles y se tiene testimonios de ello. Ni siquiera a día de hoy, viviendo una democracia plena, se ha conseguido abandonar la creencia de que por nacer con sexo determinado, debemos ocupar el rol que tradicionalmente se nos ha atribuido. Hay determinados procesos en los que las mujeres, a lo largo de la historia, -un caso claro,  son las guerras-, han demostrado su capacidad de abandonar el rol impuesto; y adaptarse, por necesidad o querencia, al rol contrario ideado para ellas. Cumplieron con soltura y perfección las labores supuestas para el sexo masculino. Hecho, que de sobra muestra la igualdad de la que alguno, incluso en la actualidad, osa a negar.  

Foto 6: Clase mixta (mujeres y hombres) de formación mecánica. Fuente: www.google.es [consultado: 24. 03. 2021]. 


Foto 7 y 8: Mujeres en la escuela de mecánica, ideada por la Agrupación de Mujeres Libres. Fuente: www. google.es [consultado: 22.03.2021].


Fuentes:

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